miércoles, 27 de junio de 2007

RÉGIMEN AGOTADO


Yo ya no confío que este régimen político tenga fuerza suficiente para la regeneración que necesita después de cuatro años de asalto zapaterino a las instituciones.

Un cambio de mayoría no sería suficiente. ¿Qué podría hacer un improbable gobierno del PP contra una oposición golpista, unos gobiernos autonómicos secesionistas, medios de comunicación Goebbelsianos y una ETA rearmada y refinanciada?. Ni siquiera con la Policía podría contar, visto lo visto.

Muchos de nosotros tenemos la certeza de quién está detrás del 11-M desde hace tiempo. Pero nuestra desconfianza en las instituciones no viene del 11-M. En realidad previamente al 11-M, ¿confiábamos en las instituciones? Yo creo que no. Nuestra experiencia de estos últimos 30 años nos llevó a desconfiar de las instituciones cuando percibimos que había cosas que no encajaban. Es decir, que el origen de mi compromiso contra las mentiras del 11M es una opinión negativa previa sobre el funcionamiento de la Justicia, el gobierno, la policía y el sistema de partidos políticos.

En estos tres años sólo podemos destacar como positivo el surgimiento de un movimiento cívico intergeneracional y transversal en lo ideológico. Bueno más que transversal, yo diría descreído. ¿Hacia dónde debería dirigir sus esfuerzos este movimiento naciente? Quisiera aportar estas ideas de cuáles deberían ser los esfuerzos de este movimiento:

1º. Garantizar su independencia de grupos de presión, de partidos políticos y de hiperliderazgos “carismáticos”.

2º. Fijar una estrategia de movilización conjunta, pero desde la autonomía de cada grupo

3º. Establecer un objetivo último de reforma profunda del sistema institucional español.

Tenemos que ir pensando en una refundación del régimen de 1978 con una constitución reforzada que asegure las necesarias reformas que todos sabemos: Lograr una Justicia y una fiscalía independientes del poder de los partidos, del gobierno y del parlamento; un parlamento independiente del gobierno al que debe controlar; unas FyCSE profesionales con un estatuto que garantice su servicio a la sociedad y haga desaparecer las sombras que se ciernen sobre su trabajo de las últimas décadas que empañan una labor en general sacrificada y abnegada; un nuevo marco legal para los medios de comunicación que evite la creación de monopolios y asegure la pluralidad; un sistema de enseñanza en el que prime la libertad de educación, … y me paro porque la lista me saldría enorme.

Con este régimen agotado no podemos seguir confiando en una alternativa que lo regenere desde dentro. Yo no veo otra salida que una revolución pacífica, cívica y democrática. Esa idea de Alcaraz de la rebelión cívica está bien, pero no es suficiente.

(continuará)