miércoles, 26 de septiembre de 2007

GRAN TARDE DE TOROS EN BARCELONA





------------------------------------
La escena era curiosa de veras. A un lado de la calle Marina (lado Llobregat) la banda de la porra, al otro lado (lado Besós) un grupo de aficionados cantando, pásmense Vds., la canción de Manolo Escobar que viva España. El espectáculo pasó de lo absurdo a lo grotesco cuando algunos de los cantaores comenzaron a levantar el brazo en lo que parecía un provocador saludo fascista, mientras que al mismo tiempo, una especie de émulo del neng de Castefa, al otro lado de la calle, se subía a un automóvil
-------------------------------------


Esta vez pensé en llegar a la plaza Monumental de Barcelona un rato antes del comienzo de la corrida para ver el ambiente. Había comido en un antes buen restaurante de la vía Layetana. El antiguo restaurante Come Bio, seguramente uno de los mejores restaurantes vegetarianos de España, había cambiado de dueños, personal, cocinero y carta, felizmente también había cambiado de nombre. Por lo menos el tofu insípido no mancillará el nombre del antiguo restaurante. Desde luego el que no se consuela es porque no quiere, pensé. Tras la frugal comida, y puesto que me sobraba un buen rato hasta las seis, me di un paseo por el moll de la fusta donde ya se veía el ambientazo propio de la víspera de la Merced. La escuela naútica de navegación tradicional de Barcelona, celebraba una jornada de puertas abiertas en la que se podía visitar “El Far de Barcelona”un Jakt Noruego de 1.874 que ha estado sometido a un muy meritorio trabajo de restauración de un consorcio en el que participa la propia escuela.

Después de continuar el paseo por Las Ramblas y la Gran Vía, por fin llegué a la plaza de toros, donde pude observar como se iba formando el habitual piquete de antitaurinos que llego a estar formado por hasta dos centenares de militantes nacionalistas violentos radicales. Es muy curioso ver como esta parte de la sociedad catalana dirige su odio sectario contra los aficionados a los toros, a los que no hubieran tenido ningún inconveniente en agredir físicamente de no estar de por medio las fuerzas policiales. La lidia les parece tortura pero la violencia contra los aficionados les parece, ¿pacifismo, ecologismo? Creo que no. En realidad acabar con la fiesta de los toros es un acto patriótico con el que consiguen acabar con otra manifestación cultural española en Cataluña. No les importa el auge de la fiesta de los toros en Francia o América, ni la tradición taurina tan presente en Cataluña y que hoy sigue manteniéndose con un gran torero barcelonés como es Serafín Marín, como estandarte.

La escena era curiosa de veras. A un lado de la calle Marina (lado Llobregat) la banda de la porra, al otro lado (lado Besós) un grupo de aficionados cantando, pásmense Vds., la canción de Manolo Escobar que viva España. El espectáculo pasó de lo absurdo a lo grotesco cuando algunos de los cantaores comenzaron a levantar el brazo en lo que parecía un provocador saludo fascista, mientras que al mismo tiempo, una especie de émulo del neng de Castefa, al otro lado de la calle, se subía a un automóvil y comenzaba a hacer esa especie de baile formado por espasmos que simulan una especie de baile egipcio. A los gritos de ¡cobardes! ¡asesinos! se respondía con la ya mencionada copla y con el grito de ¡esto es, la Fiesta Nacional!.

Este piquete violento, junto con las amenazas a militantes del PP y ciudadans, el sabotaje a la concentración de los Peones Negros o la quema de imágenes del Rey, configuran una nueva realidad progresivamente batasunizada en la sociedad catalana. A ver como acaba esto, que cuando se abre deliberadamente la espita del odio no es fácil que cierre por sí sola.

Después de repostar una botella de agua en el restaurante chino, donde estaban encantados con los taurinos, los antitaurinos, los mossos de escuadra, los catalanistas y con la madre que los parió a todos (ellos a lo suyo a vender cerveza y carajillos haciendo la recaudación del año) entré en la plaza y me senté en mi localidad de delantera de andanada después de explicarle a un individuo, que hablaba en un idioma incomprensible, que estaba sentado en mi localidad. Durante un instante recordé a los compradores de los móviles del 11M que hablaban en ¡búlgaro!, pero eso es otra historia.

El ganado muy bien presentado, Cesar Rincón el de siempre, Serafín muy entregado jugando en casa y Jose Tomás, eso, José Tomás.