El Mundo nos cuenta hoy algo que ya nos suena a oído. Resulta que no hay prueba documental que respalde que las tarjetas de los móviles que, según la versión de la fiscalía, se usaron como temporizadores en las bombas que explotaron en los trenes de Madrid se activaran en la casa de Morata de Tajuña en vísperas de los atentados. Además, informa EL Mundo, hay contradicción entre los informes sobre este asunto de dos unidades policiales, la UCI y la UCIE.
Cuando se activa una tarjeta de telefonía móvil quedan registrados algunos datos del momento de su activación. Lo que nos dice el artículo de CGA es que no se ha aportado ese registro más que para el caso de la tarjeta del móvil de la mochila (bolsa en realidad) número 13 hallada en la comisaría de Vallecas.
¿Y eso es importante? ¿Qué implicaciones puede tener esta información?
Haciendo abstracción del contenido concreto de esta información, cuyo análisis dejo a foros más aficionados a la disección de informaciones periodísticas, creo que el mero hecho de que en pleno verano se publique esta noticia (con los primeros espadas de todos los medios de vacaciones), nos puede sugerir que la lluvia fina de informaciones sobre contradicciones, falsificaciones, ocultaciones de pruebas y evidencias de los atentados del 11M continuará en los próximos meses.
Si miramos a nuestro alrededor observamos como hace unos días el fiscal Zaragoza declaró que como hay algunas pruebas que tienen poca capacidad de incriminación es previsible la absolución de algunos de los acusados del 11M.
Obviando el escándalo que supone que el fiscal haya conculcado las obligaciones que le impone su estatuto profesional al pedir penas de prisión sin el respaldo suficiente de pruebas, esto nos da un pista de que es lo que se espera de la sentencia, en círculos bien informados.
Desde luego si los medios de comunicación críticos (prefiero este término al de independientes) con el gobierno prosiguen su línea informativa de sacar portadas con el 11M y la sentencia absuelve a un buen número de acusados, tenemos 11M para rato. Lo cual debe llevarnos a plantearnos cuál debe ser la estrategia a medio plazo de nuestro movimiento cívico.
Desde luego no podemos colaborar en la difusión de informaciones, sean de CGA, de F. Múgica o de otros periodistas que han investigado o divulgado el 11M sin que hayan sido validadas en nuestro laboratorio. No me refiero a un laboratorio de química, sino a un laboratorio de ideas. Debemos revisar todas estas informaciones y separar el trigo de la paja. Hemos visto como la policía una vez seleccionados los culpables oficiales se dedicó a acumular pruebas basura sobre ellos para justificar su procesamiento. No hagamos nosotros lo mismo, no demos por bueno todo lo que nos echen simplemente porque compromete la versión oficial. Verifiquemos esta información en nuestro laboratorio. O, mejor todavía, empecemos de nuevo.
Cuando se activa una tarjeta de telefonía móvil quedan registrados algunos datos del momento de su activación. Lo que nos dice el artículo de CGA es que no se ha aportado ese registro más que para el caso de la tarjeta del móvil de la mochila (bolsa en realidad) número 13 hallada en la comisaría de Vallecas.
¿Y eso es importante? ¿Qué implicaciones puede tener esta información?
Haciendo abstracción del contenido concreto de esta información, cuyo análisis dejo a foros más aficionados a la disección de informaciones periodísticas, creo que el mero hecho de que en pleno verano se publique esta noticia (con los primeros espadas de todos los medios de vacaciones), nos puede sugerir que la lluvia fina de informaciones sobre contradicciones, falsificaciones, ocultaciones de pruebas y evidencias de los atentados del 11M continuará en los próximos meses.
Si miramos a nuestro alrededor observamos como hace unos días el fiscal Zaragoza declaró que como hay algunas pruebas que tienen poca capacidad de incriminación es previsible la absolución de algunos de los acusados del 11M.
Obviando el escándalo que supone que el fiscal haya conculcado las obligaciones que le impone su estatuto profesional al pedir penas de prisión sin el respaldo suficiente de pruebas, esto nos da un pista de que es lo que se espera de la sentencia, en círculos bien informados.
Desde luego si los medios de comunicación críticos (prefiero este término al de independientes) con el gobierno prosiguen su línea informativa de sacar portadas con el 11M y la sentencia absuelve a un buen número de acusados, tenemos 11M para rato. Lo cual debe llevarnos a plantearnos cuál debe ser la estrategia a medio plazo de nuestro movimiento cívico.
Desde luego no podemos colaborar en la difusión de informaciones, sean de CGA, de F. Múgica o de otros periodistas que han investigado o divulgado el 11M sin que hayan sido validadas en nuestro laboratorio. No me refiero a un laboratorio de química, sino a un laboratorio de ideas. Debemos revisar todas estas informaciones y separar el trigo de la paja. Hemos visto como la policía una vez seleccionados los culpables oficiales se dedicó a acumular pruebas basura sobre ellos para justificar su procesamiento. No hagamos nosotros lo mismo, no demos por bueno todo lo que nos echen simplemente porque compromete la versión oficial. Verifiquemos esta información en nuestro laboratorio. O, mejor todavía, empecemos de nuevo.
