miércoles, 30 de mayo de 2007

Comentarios Libres a ¿Dónde está la bolita?



Ahí estamos. Todo la dignidad de un país pendiente de un solo hombre. ¡Qué soledad debe sentirse en un momento así!. ¿Qué haríamos cada uno de nosotros? ¿Resistir a las presiones? Reconozcan que la situación es muy complicada para Bermu.

Ayer D. Luis ya pronosticó en la Cope el contenido de la sentencia.
Comentó que en la sentencia se recogería que no se puede determinar mediante los análisis que explotara Goma dos, pero que con el resto de pruebas e indicios aportados en el sumario se considera probado que explotó goma dos eco robada en Mina Conchita.
Por lo visto el tío mandó que dejáramos de reinvidicar en la calle la verdad del 11M "por respeto al tribunal". Había que apoyar la labor de la Justicia, dijo. Luego él ha hecho las críticas que ha querido, eso si cobrando. Por eso lo de aventurar el contenido de la sentencia me parece demasiado cínico incluso para LdP (Luz De Peones).



Os pego el último artículo de Luis del Pino en Libertad Digital. Podéis hacer libremente cualquier comentario. Aquí no ha baneos.

(He puesto la imagen de otro juez al cual Bermúdez cada día me recuerda más.)

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« Que le aproveche
¿Dónde está la bolita?
30 de Mayo de 2007 - 11:00:33 - Luis del Pino
El juez Gómez Bermúdez se detuvo delante del banco improvisado a las puertas de la sala del juicio.

- Anímese a apostar, buen hombre. ¿Dónde está la bolita de DNT?

Tres semiesferas de cuero gastado estaban dispuestas de manera más o menos regular sobre el tablero de aglomerado. El trilero, vestido con uniforme de policía, miró a Bermúdez con sus ojos escrutadores, calibrando la presa. Por uno de los bolsillos del uniforme asomaba un microscopio. Movió las manos rápidamente unas cuantas veces, intercambiando los cubiletes. Cada dos o tres movimientos, levantaba ligeramente uno de ellos, dejando ver una bolita de dinitrotolueno.

"¡Qué estupidez!", pensó Bermúdez. "¡Es muy fácil!". El juez se rebuscó en los bolsillos y sacó el dinero suelto que tenía.

- ¡Aquí!, dijo señalando el cubilete de la izquierda.

El trilero levantó el cubilete y lo que apareció fue un papel que decía: "Busca en las cubas y conductos de la fábrica". Bermúdez torció el gesto, contrariado.

Antes de que pudiera pararse a reflexionar, el trilero comenzó de nuevo a mover rítmicamente los cubiletes. ¡Ahí estaba de nuevo la bolita!

Bermúdez siguió con los ojos las evoluciones de las manos. Se había empezado ya a formar un corro de curiosos.

- ¡Está aquí!, dijo retador, señalando el cubilete de la derecha al tiempo que sacaba de la cartera los billetes que tenía.

La mano sorprendentemente delicada del trilero levantó el cubilete que Bermúdez indicaba. Lo que apareció fue, de nuevo, otro papel, donde podía leerse: "Busca en el fango de las minas asturianas".

Uno de los espectadores, cuya cara le recordó al juez al mono de Anís del mono, se rió estruendosamente, al tiempo que le propinaba pequeños codazos. Una vocecita interior le decía a Bermúdez que debía largarse, que no iba a poder ganar nunca, porque allí había truco, pero aquella risa le había herido en su orgullo. ¡Qué tipo más desagradable! Las manos del trilero volvían a moverse.

Después de un momento de vacilación, se quitó el anillo del dedo, señaló el cubilete del centro, vaciló y levantó finalmente el de la izquierda. Apareció un nuevo papel: "Busca dentro del armario de los Tedax". Se dio cuenta de que estaba atrapado. Ya no había forma de parar. Un mantero con pinta de periodista apesebrado vendía CDs piratas de reivindicaciones yihadistas al otro lado de las escaleras, pero nadie parecía hacerle caso.

Se hurgó en los bolsillos buscando alguna otra cosa de valor, pero no encontró nada. Los ojos del trilero se fijaron en su toga mientras los cubiletes seguían su marcha, dejando ver la bolita de cuando en cuando. Bermúdez comprendió y se quitó la toga, que depositó a un lado del tablero. Sus ojos se movían al ritmo de las manos. Levantó el cubilete del centro y un murmullo de voces y risotadas se elevó del coro de espectadores. Esta vez, el papel decía: "Busca por debajo del umbral de detección".

Bermúdez se dio cuenta de que le habían limpiado. El trilero, conseguido el objetivo, comenzó a levantar el tenderete. Introdujo los cubiletes dentro de una bolsa de plástico, que metió dentro de un sobre; guardó el sobre en otra bolsa de plástico que introdujo en una caja de cartón. Finalmente, metió la caja en otra bolsa, guardó la bolsa en un armario de chapa y se echó el armario al hombro. Bermúdez, limpio ya del todo, dejó de oír las voces a su alrededor y se volvió para subir las escaleras de entrada. "¿Cómo explico yo ahora que me han levantado hasta la toga? ¿Cómo corto yo ahora a los abogados?".

Abrió la puerta del edificio y se encaminó hacia la sala, pero el guarda de seguridad le detuvo, al verle sin su indumentaria habitual.

- Identificación.

Bermúdez fue a echar mano de la cartera, y en ese momento se dio cuenta de que se la había levantado el tipo de Anís del mono, con todas las tarjetas de crédito.

- Lo siento, dijo el guardia, sin identificación no pasa.

El guardia pulsó un botón y comenzó a sonar una alarma. El sonido le resultó familiar a Bermúdez. ¿A qué le recordaba?

El juez Gómez Bermúdez se incorporó de un salto en la cama, cubierto de sudor. A su lado, en la mesilla, el despertador se desgañitaba, diciéndole que había llegado la hora de levantarse para acudir al juicio. "¿Dónde está el dinitrotolueno?", pensó el juez.

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Señor ZA, tiene usted tan poca dignidad como cerebro y educación
Eso sí, su ambición es inmensa

¿Que ha aportado usted al esclarecimiento de cualquier punto respectivo al 11M?

Anónimo dijo...

Querido Anónimo:

Yo no he aportado nada a la investigación, pero he hecho todo lo humanamente posible para difundir las mentiras del 11M.

Únicamente he hecho lo siguiente:

Convocar y llevar a cabo 1 concentración en Santillana del Mar, 3 en Zaragoza y 6 en Huesca para exigir la verdad del 11M.

Presentar el libro de Luis del Pino en Zaragoza y en Huesca antes de que nos traicionara.

Formar o ayudar a formar los grupos de peones negros de Huesca, Zaragoza, Teruel, Logroño y Monzón.

No es nada extraordinario, otros peones negros han hecho mucho más que yo.

¿Y vd. Sr. o Sra Anónimo que ha hecho?

Si fuera tan amable, me podría aclarar qué es lo que ambiciono. Los demás comentarios no requieren aclaración.

Antes de que me conteste permítame que le indique que hasta el momento los únicos que han demostrado tener ambiciones han sido los arribista seguidores de Luis del Pino. (otro día se las detallaré todas)

Gracias por sus comentarios con los que se enriquece esta su casa.

Anónimo dijo...

Más o menos lo mismo que usted, pero sin presumir de ello